"Crítica sobre la obra "La Delfina: historia de una pasión"
La pasión tiene nombre de mujer
Al ser consultada sobre su obra teatral “La Delfina: historia de una pasión”, Susana Pujol dijo que tocaba un tema eterno: el amor, los afectos, la vida y la muerte, los encuentros y desencuentros de los seres humanos. Esa sola observación deja presuponer que se está en presencia de una obra con ribetes simplistas, de esas historias livianas que construyen una visión de amor digerible para corazones sensibles y poco impresionables. Nada más alejado.
La puesta que el grupo “Yo, casta” hace de “La Delfina”, destila pasión por todos lados. Desnuda una historia donde el amor se pelea, se sufre, se sacrifica en pos de una causa hasta el punto de dar la vida misma. Dos mujeres vinculadas por un hombre, el caudillo entrerriano “Pancho” Ramírez, una presencia gigante que nunca está, salvo en la memoria de la dos que se disputan ese recuerdo con armas diferentes. Por un lado Norberta Calvento, mujer de Ramírez que representa la legalidad y la represión contrapuesta a Delfina Maturango, amante eterna llena de pasión y sensualidad.